BIENVENIDOS: REVISTA LA URRAKA INTERNACIONAL. EDICIÓN Nº 26

Portada:
Obra: Regatas en Argenteuil
Autor: Claude Oscar Monet
Fecha: 1874
Museo: Museo de Orsay
Características: 48 x 75 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo

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Cómplices en las Artes y la Amistad

MARAVILLAS MODERNAS EN LA URRAKA.

MARAVILLAS MODERNAS EN LA URRAKA.
A lo largo de un eje de casi dos kilómetros, en el antiguo cauce del río Turia, este complejo impulsado por la Generalitat Valenciana sorprende por su arquitectura - obra de Santiago Calatrava y Félix Candela - y por su inmensa capacidad para divertir y estimular las mentes de sus visitantes que, recorriendo sus edificios, conocen diferentes aspectos relacionados con la ciencia, la tecnología, la naturaleza o el arte. (Haz click en la imagen)

jueves, 17 de enero de 2008

EL ARTE DE NARRAR

SERPIENTE HUMO

Me gusta estropear tu vestido blanco, ajuar de novia, tu peinado y el ramo de azahares que nace entre tus manos.
Me gustan tus caricias extendidas a través del hilo que llega a mí por la ventana, una voz que se prolonga desde las diez de la noche hasta ahora cuando el sol asoma. Ausente tu marido y ajeno a nuestro amor que sólo se extasía por medio de la línea telefónica.
Delgada voz con bosquejos de actos olvidados, hechos que recordamos hoy sin estrechar de manos, o palpar estos diez años de ausencia.
Me gustan los “...te quiero...” por el agotado repiquetear que persiste con su mofa en el silencio, que no contesta un saludo cuando Carlos, tu dueño, regresa de viaje y prohíbe charlar contigo, o permanecer a tu lado bajo las sábanas.
Aquí en la soledad, una caricia me acompaña, fugaz, un trotar de manos por tu cuerpo inclinado que quiere despertar mi deseo, frotar sin conseguir aproximarte, más que en ese recuerdo de voces apesadumbradas, molestos o sonrientes en la imagen que el pasado evoca, en la figura de los jóvenes que dejamos en la escuela, años atrás.
Aquí de pie, tu sombra está conmigo, atado a este hilo de voz desde donde te escucho decir “...te extraño... eres un... sabes...” y callas para no anticipar el hecho, el acto que tarda en llegar hasta la penumbra de la sala desierta, sitio en el que no puede Carlos escuchar tu voz al nombrarme.
En silencio, con la bata hasta la cintura o sobre el piso, abrazando el calor tu cuerpo, disfrutando el placer sólo en tu voz que nos une a las tres, cuatro horas de un amanecer distinto al de ayer, cuando nos extraviamos en un oleaje de extraños, pero que nos acercaron a la orilla del alba y despertarnos haciendo el amor.
Qué importa lo que piensen de ti por llamar cada noche pretextando haber localizado mi nombre entre las páginas del libro que olvidaste destruir, o no quisiste tirar porque encerraba nuestra historia. Y es ahí en donde el juramento de amor hacia tu marido y tu firma te miran reprochando silencio, ocultar la verdad, esconder la nota en que me indicas el momento propicio para estar a solas.
¿En dónde estás ahora? Punzante hilo de voz que al repiquetear trasmite un beso. Sale, corre, cruza la puerta, recorre las calles y altera luces rojas en cada esquina. Al llegar al sitio en que habito, so pretexto de haber olvidado algo, entra y revuelve trozos de recuerdos, calles conocidas, nombres, el instante oportuno para estar contigo cuando se encuentre de nuevo ausente tu marido.
En la sala de espera tu paciencia, cortina de estrellas en la penumbra, mórbido ladrar de perros que observan tu bata, voluptuosa sobre tu cuerpo, caricia que recorre tus formas mientras palpa y busca tu sexo que yo olvidaré al despertar.
Y en tanto te beso, floto en el lecho, en el hilo que me acerca a ti desde las diez de la noche -en cada ocasión distinta noche-, para no matar el deseo de volvernos a encontrar.
Plan de una visita que se cierne entre los dos, en un sitio distinto para no despertar murmullos, sospechas, suspiros tuyos o palabras “...hazlo despacio... ausenta el dolor... de prisa... de prisa...” y tu desnudez que flota o repta sobre la cama, tragados por la penumbra de la sala desde donde me llamas.
Bata arrojada contra el piso, acariciando sueños.
La mirada entre tus piernas, atento a la sombra que el sol vuelve más negra.
Rechazo de bostezos: nada más de que hablar y mucho menos para recordarte.
Las imágenes duermen en cama diez años hace
sin línea
sin voz
ni penumbra
ni estrellas

sin sexo onírico
sin ladrar de perros
ni beso
ni acto

Sin todas estas cosas que invento
porque jamás
nos conocimos.

Juan Carlos Galván Vela (Guanajuato, México)

LA VOZ DE LAS POETAS

SED

la sombra inclinada sus alas sobre mi vaso
fresca y salada
el calendario se escapa entre los dedos
días de sol
y niebla
nuestra casa
el polvo en esfinges
neuróticas nostalgias
de no perecer

los pies en la arena
la memoria
levanta catedrales
naves azules

naufraga en sus propios paraísos

SARA VANEGAS COVEÑA (Cuenca, Ecuador)

LA POESÍA ACORTA LAS DISTANCIAS.

¡Aporta tu hoz, segador!
Toma, aprieta, aspira, acaricia, enrolla, desenrolla,
Sea el hacha y el leñador
El sentido y el sentido contrario
Que tu recuerdo madure el fruto
Que tu mano navegue en la espera fluida
Que tus dedos se disputen la luna y el ahogamiento
Porque el río no comienza a correr más que cuando el árbol se inclina sobre él
Y es el deseo el que mueve montañas
No la fe

Joumana Haddad (Beirut, Líbano)

AMIGOS EN EUROPA

6 poemas que caminan en nuestros silencios

1
Caminan todas las piedras
Dentro de nuestros silencios
Para que el mar
Escuche nuestro corazón
Y el agua limpie
Nuestra última mirada
2
Aunque no podamos
Abrazarnos al caer la noche
Encontraremos las sonrisas
Que alimentan al árbol
Y que cuidan al niño
Que juega con nuestro corazón
3
El vuelo de un pájaro
Conoce bien los secretos
Que nos permiten seguir respirando
Y nos mantiene vivos
Dentro de una piedra
O en el furor de una ola
4
Mi casa no tiene ventanas
Ni hay puertas en mis manos
Pero la luna y la lluvia estival
Pueden acompañarme
Cuando olvido mirarte
5
Soy el enemigo de la muerte
El desconocido compañero del bosque
Y puedo sentir en mi boca
A los montes y ríos
Que corren en mis sueños
6
Es un puñado de arena nuestro cuerpo
Y no hay laberintos en el sol
Que permitan creer que el llanto
Es tan necesario como la alegría

Antonio Marín Segovia(Valencia ciudad, España)

UNA VOZ PODEROSA

LAS MANOS DE MI HOMBRE

Yo soy Jacinto Chiclana
Le presento
"las manos de su hombre"

Su mano y mi mano se estrecharon
En un eléctrico ardor

- Permiso-dijo
Don Nicanor Paredes

Las manos de Astor Piázzola
Aferradas a los gemidos del bandoneón
Seguían al hombre de la Esquina Rosada
Girando en un disco del wincofón

Su mano blanca de dedos largos,
De pianista aferraban
Mi mano pequeña deslumbrada
Por la belleza y la fuerza
De esa mano viril de hombre recio

Allá, en Balbaneda todo era malevaje.
La daga en la mano, clavando hondo.
Acá, Borges, Sábato Dalmiro Sáenz.

Los tocábamos con las manos y desde
Las manos nos arrastraban a sus sueños
Nuestras manos se entrelazaban en ese
Soñar sueños, de otros hombres, de coraje

Gladys López Pianesi (Jobson Vera, Pcia de Santa Fe, Argentina)

LA BUENA POESÍA SIEMPRE SUGERENTE.

Arena en el viento
a A. M.

V

Desde el pasillo la observo dormir.
En la penumbra de la siesta
la persiana le imprime unas franjas de luz.
Descansa de costado con las piernas flexionadas.
De espaldas a mí. Sin ropas
(salvo el camisolín perlado
que se le ha enrollado en la cintura).
Me demoro en el vano de la puerta
recostado contra el marco.
Si no hubiese dejado ya antaño el tabaco
fumaría despacio
ocupándome en escuchar cómo respira.

La quinta estrofa de este texto pertenece al poemario Luz Mala.
Jorge Brega (Argentina, 1949)

URRAKAPOESÍA

limosna.

dios es un muñeco
de rostro congelado
amarillo hambriento
flaco desdentado asoma
bajo el cobertor
de trapo
aquella mano helada
tiembla
le doy una limosna
busca el cielo
yo no me arrepiento.
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de negro blanco luna.

mi pena negro blanco
sueño mate
hurga la inmensidad
talón de barco
anclado en la alta mar
de todas las visiones.
mi pena hundida
en duelo de color
mi pena brote
negro blanco luna.

MARÍA EUGENIA CASEIRO, poeta cubana.

EROS EN LA POESÍA

A LAS OCHO

JADEAS,
MIENTES
MI BRETEL DESATA ANTOJOS
OBSESIONES ADOLESCENTES,
IMPERATIVOS DE AYERES NO RESUELTOS,
Y LA MAR
LA TURBULENTA MAR
LA BRAVÍA MAR
AFLORA CON CADENCIAS INSOSTENIBLES,
Y GIMES
MIENTRAS YO RESUELVO,
EL TECHO PINTÓ MANCHAS DE HUMEDAD,
EL PATIO MUESTRA LA LUZ ENCENDIDA,
AH…AH…AH
SÍ, LLEGAREMOS JUNTOS.

DESDE MAÑANA ENTRO A LAS OCHO


STELLA MARIS SANDOVAL (San Lorenzo, Argentina)

TALENTO COLOMBIANO

DEL JARDÍN PERFUMADO

Maceraba plantas y flores para obtener ungüentos. Sabía componer igual de bien perfumes o venenos. Transfería al almizcle y al ámbar un poco de lo divino, un poco de lo profano. Amante al fin, mostraba su secreto a cuentagotas y en el charco así formado cabía el cielo. Un día escuchó la música que le trajo su nariz y la lució coqueta detrás del lóbulo de sus orejas, pretendiendo que las pulsaciones del corazón potenciaran el aroma. En el bouquet floral, y a la espera del abatido, turnaba en el deshojado: lima, mandarina, limón y naranja. Apretó una cáscara entre sus dedos atomizando gotas en el aire, se estremeció ante ellas y, bajo su techo, se sintió descubierta por los oídos del otro. La ausencia también se huele, se percibe. En el jardín inexplorado, el paciente se refugió entre las candilejas huecas del aplauso. Ella propició el cambio. Se apoderó el perfume de una inmensidad en la memoria con la angustia del pez cuando le falta el aire. La suave y envolvente huella de la flor que le brindó para curarle, creó un discreto aura e hizo persistente la fragancia. Defensora de su territorio de palabras desentrañó el misterio, a la vez que inauguraba otro. En tanto, la fugacidad planeaba el éxodo, su firma quedó estampada, no en el agua, en el cuello del viajero de su embrujo, que aspira ahora morir oliendo a su perfume. Pero los mágicos brazos le señalan el camino: fuera de su tienda le espera un regimiento.

De “Cuentos interruptus”.
Aymer Waldir. (Medellín. Colombia)

POESÍA LATINOAMERICANA

LA VIEJA CASA

La casa vieja
Se derrumba tras las horas,
Nadie acude a pernoctar en sus paredes.

Se ve triste, vacía,
Sin juegos, sin abuelos,
Sin historias contadas a su vera.

Han tirado a la basura sus escombros,
Mas su sombra permanece…
Pedestal de la inocencia.

En la calle, el aroma a eucalipto,
Trae el canto alouette, alouette,
Al ritmo incansable de la comba.

Nadie sabe del espectro,
Que vaga extraviado
Por sus suelos, tras sus rejas.

Marié Rojas Tamayo (Ciudad Habana, Cuba)

UNA PASIÓN LLAMADA POESÍA.

TENDEDERO

Mi madre cuelga ropa en la soga,
echa al sol nuestras cosas: blusitas,
pañales, toallones...

(... ya no azula las prendas con azul
de lavar)

A veces se queda mirando la espuma
y en el fondo de su corazón
grita una niña.

Ella la friega, la estruja,
(... y la niña tiembla en la tarde limpia).

Poema tomado del libro de poemas Kodak.
María Teresa Andruetto (Arroyo Cabral, Córdoba, Argentina.)

PROSA POÉTICA

LAS MANOS

Nací con manos bellas, de dedos ágiles y fáciles para la caricia.
Un día cualquiera, mientras te llevaba el desayuno a la cama (que más tarde supe que despreciabas por aquello de “nunca me ha parecido pulcro comer en la cama”) uno de mis dedos, el del medio, resbaló entre la taza de café con leche y la tostada. Suerte que no fue el que lleva la marca del anillo, que los soles de veinte años decoloraron, dejándola tan parecida a la del hierro caliente con que se marcan las reses para evitar el abigeato. Con el tiempo mientras te lavaba las camisas, masajeaba tu espalda o cocinaba tu comida, uno a uno fueron cayendo, como pétalos de flores marchitas, algunos casi sin dolor. El último, el anular, cayó justo hace un año, durante la fiesta que organizaste con motivo de tus éxitos profesionales. Estabas tan orgulloso que no lo viste rodar justo al lado del pergamino con que la empresa enaltecía tus logros.
Ahora alguien me ha dicho que es un defecto genético, pero no lo creo. Yo creo que saltaron de mis manos, porque eran ágiles y fáciles para la caricia...


ALICIA NORMA ALAYON (GF)

POESÍA DE LA URRAKA

DUERMES

He visto a las mujeres abrazarse a si mismas cuando duermen.
Anidando en sí la espera como una niebla negra.
El abrazo, como un código secreto, es as de un enigma,
esparce sobre los hombros estaciones ya desiertas,
huele a barnices de otros barcos sin naufragios,
a niños y a hombres atados a su perfil de magnolias en flor,
a sus senos benefactores pródigos,
a la medida fértil de su amor.

La noche urde un engaño entre sus sábanas.
Una promesa maldita, un regreso hacia los trucos de la vida
Urde pequeñas quimeras merecidas. Y hay dolor.
La moneda prieta de un sueño.
Afuera hiela.
En el fondo del corazón también.

Marisa Aragón Willner. Poeta de Buenos Aires, Argentina.

LA GRAN POESÍA.

OLVIDO

Cierra los ojos y a oscuras piérdete
bajo el follaje rojo de tus párpados.
Húndete en esas espirales
del sonido que zumba y cae
y suena allá, remoto,
hacia el sitio del tímpano,
como una catarata ensordecida.
Hunde tu ser a oscuras,
anégate en tu piel,
y más, en tus entrañas;
que te deslumbre y ciegue
el hueso, lívida centella,
y entre simas y golfos de tiniebla
abra su azul penacho el fuego fatuo.
En esa sombra líquida del sueño
moja tu desnudez;
abandona tu forma, espuma
que no se sabe quién dejó en la orilla;
piérdete en ti, infinita,
en tu infinito ser,
mar que se pierde en otro mar:
olvídate y olvídame.
Octavio Paz (México, 1914 - 1998)
Nobel de literatura 1990

CLÁSICOS DE LA URRAKA.

CAMBALACHE.

Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé...
(¡En el quinientos seis
y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé...
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos...

¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...

¡Qué falta de respeto,
qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavisky va Don Bosco
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón...

¡Siglo veinte, cambalache
problemático y febril!...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno
nos vamo a encontrar!
¡No pienses más,
sentate a un lao,
que a nadie importasi naciste honrao
!Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley...

Tango cuya letra es de Enrique Santos Discepolo y ha sido cantado por muchos artistas, prohibida, además, por dictaduras y gobiernos corruptos.
Se puede escuchar en
http://www.todotango.com/Spanish/biblioteca/letras/letra.asp?idletra=154#

VISITA: GRANDES POETAS DEL MUNDO : http://grandespoetasdelmundo.blogspot.com/

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QUEREMOS ROCK

Sólo disfrútalo.

Una de las grandes del Jazz: Billie Holiday