Por Javier Claure C.
Premio Nobel de Literatura 2008, Jean-Marie Gustave Le Clézio, visitó la Biblioteca de Rinkeby, el 12 de diciembre del año pasado.Fue el 20avo año que se realizó ese tipo de evento, en el cual participan niños y adolescentes de los colegios de Rinkeby, para agasajar al Premio Nobel de cada año.
Rinkeby, situada a 11 kilómetros del centro de Estocolmo, es una zona donde existe una gran diversidad cultural. En esta parte de la ciudad, vive gente de todas partes del mundo y se dice que allí se habla más de cien idiomas. Es precisamente esta diversidad de gente en su población, lo que ha puesto a Rinkeby en los titulares de la prensa sueca y de otros países. No sin motivo llaman a este sector "pueblo del mundo”. Visitar Rinkeby, es como pasear por cualquier calle del planeta Tierra. Aquí se encuentran diferentes productos, frutas exóticas, perfumes, cosméticos, ropas, telas, muebles, joyas traídas de otras latitudes y un sin fin de cosas más. Todo esto da un aspecto cosmopolita. Y lo más importante, aquí coexisten las diferencias culturales formando una antorcha de mil banderas.
Tomando en cuenta toda esa gama cultural que existe en Rinkeby, no es casual que el Premio Nobel de Literatura haya visitado este sector.
Las organizadoras del evento, Gunilla Lundgren (escritora) y Lotta Silfverhielm (diseñadora gráfica) cuentan cómo nació la idea de llevar a cabo este proyecto cultural de gran importancia para Suecia en general y Rinkeby en particular:
- Todo empezó en 1988, cuando una trabajadora de la cultura, Elly Berg, tuvo la iniciativa de hacer un folleto para el Premio Nobel de Literatura de aquel año, Naguib Mahfouz. Los niños de habla árabe, junto a sus maestros de lengua materna, escribieron un folleto en ese idioma, que posteriormente se le entregó al escritor egipcio. Desde entonces se ha hecho una tradición hacer este tipo de encuentros, señalan con mucho entusiasmo.
Llegado el momento de recibirlo a Le Clézio, la Biblioteca de Rinkeby estaba repleta de personas curiosas por escuchar las palabras del literato franco-mauriciano. Apenas entró a la sala, todo el mundo se levantó de sus asientos y empezaron a aplaudir. Los anfitriones le desearon la bienvenida en sueco, inglés, español, árabe, turco, ruso, polaco, somalí, yugoslavo, hindú, italiano, alemán, romaní y naturalmente en su idioma, el francés. Luego entró, el tradicional desfile de Santa Lucía. Niños vestidos de blando, con velas encendidas en las manos, entonaban cánticos navideños en un ambiente totalmente internacional. Los estudiantes fueron los presentadores del programa.
El folleto entregado a Le Clézio contiene dibujos hechos por alumnos, fotografías de las visitas que hicieron a diferentes lugares, un relato, a grandes rasgos, de la vida de Alfred Nobel y las causas para los Premios Nobeles 2008 de medicina, física, química y el de la Paz. Por su puesto, contiene también pasajes de la vida del célebre escritor, desde cuando se encontró, por primera vez, con su padre a los 8 años de edad. Se menciona partes de su libro "El africano", cuando Le Clézio vivía, siendo niño, junto a su familia en Nigeria, donde su padre trabajaba como médico.
Skiljer Alfouadi, en el momento de obsequiarle un casco para ciclistas, acotó:
"Este casco es para que cubras tu cabeza de Premio Nobel, cuando estés paseando en bicicleta por las calles y los bosques".
Muchas personas que recibieron el Premio Nobel son políglotas, como es el caso de Le Clézio. Cada idioma es "una mina de oro" dijo el propio Le Clézio, en el momento de agradecer a los auspiciadores del acontecimiento cultural y a los estudiantes de Rinkeby.
Por eso mismo, el lugar de Rinkeby, con sus cien idiomas que se escuchan en su centro comercial, se ha convertido en un abanico de expresiones culturales.
El rector de una de las escuelas de la zona (Bredbyskolan), Magnus Haglund, aprovechó la oportunidad para dar su criterio en cuanto al alumnado se refiere. "Nuestros alumnos necesitan, por su puesto, buenos ejemplos. Pueden llegar muy lejos, pero no todos los estudiantes tienen padres o parientes que les guíen hasta llegar a la universidad”, señaló.
Al mismo tiempo, Gunilla Lundgren, indicó que a comienzos de cada otoño, los estudiantes empiezan a trabajar con el “proyecto Nobel”. Y les decimos, con mucha seriedad: “Alguno de ustedes, en el futuro, puede recibir el Premio Nobel”.
Al finalizar el emotivo acto, Le Clézio confesó sentir lágrimas en los ojos, y dijo:
- Rinkeby es un lugar importante. Aquí se juntan muchas culturas. Rinkeby es un buen ejemplo para el mundo entero. Jamás olvidaré esta visita. Muchas gracias.
Escritor y poeta Javier Claure C (Bolivia) Reside en Estocolmo - Suecia
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