Estrella soñó durante siete noches con siete caballos muertos que eran arrastrados por una carretera recién asfaltada de alquitrán negro y humeante. La reiteración del sueño la asustó y le hizo temer por la vida de sus siete hijos, apuestos y fuertes como robles.
Durante los sueños, la emisaria de Thanatos, además del temor, hizo arraigar en la mente de Estrella la idea de que aquella amenaza que se cernía sobre sus hijos podía ser conjurada si en su lugar eran sacrificados otros siete hombres jóvenes y hermosos. Estrella salió siete noches para cumplir con los designios de la Muerte.
Concluido el plazo fatídico, la letal visitante de las tinieblas se alejó acompañada por catorce bellos varones que ya nunca cumplirían la treintena. A pesar de su celo, Estrella se quedó totalmente sola.
Durante los sueños, la emisaria de Thanatos, además del temor, hizo arraigar en la mente de Estrella la idea de que aquella amenaza que se cernía sobre sus hijos podía ser conjurada si en su lugar eran sacrificados otros siete hombres jóvenes y hermosos. Estrella salió siete noches para cumplir con los designios de la Muerte.
Concluido el plazo fatídico, la letal visitante de las tinieblas se alejó acompañada por catorce bellos varones que ya nunca cumplirían la treintena. A pesar de su celo, Estrella se quedó totalmente sola.
Escritora MARISOL LLANO AZCÁRATE (España)
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