Necesito un saco y un sombrero.
Necesito
redactar con urgencia
los despachos del olmo.
Que todos los pájaros
sean una voracidad del aire
que proclama su alerta en el follaje.
Puede que lleguen.
Puede que vengan
con la tristeza avizora
y nos rompan de alquimia
las voces del verde.
Son las moles malignas.
Las penas ufanas que dejó el corazón
en alguna parte de la espesura.
Ahora espían.
Como un eco que responde a la nada
y entrega su sangre
en delación de silencios.
Ahora aturden
como una maquinaria
que sueña su estrépito
y su desafinada congoja...
Enormes y puntuales.
Abandonadas del cielo
buscan el umbral de los despojos.
Pordioseras del viento
que ronda y golpea...
Ahora nos abundan de recuerdos.
Soledosas y terribles...
Yo soy el portal y el emisario.
El que va disfrazado de escriba
a levantar epitafios en los jardines.
Prepara la noche
para purgar un canto.
Prepara la lluvia y la fuente.
Prepara mi corazón
con las hojas del destierro.
Ven y abreva conmigo
un agua amarga que nuble los silencios.
Quiero un saco y un sombrero.
Que me desaperciba el tiempo.
Que me pierda la historia.
Que me dejen las penas.
Que me sangren las flores.
Poeta NORA NANI (Argentina)
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