En el tercer día de lluvia nuestra ansiedad creció
con la idea de llegar al otro lado del río,
hasta el lugar
En el cuarto día logramos cruzar la frontera
y mi hermano fue atrapado por un rayo
llegando a la autopista que pasa por la playa.
Al quinto día a todos nos atraparon
y dos compañeros más murieron atropellados por la sombra
del tren.
Cinco de nosotros nos volvimos locos el sexto día.
En el séptimo día mis ojos
se cayeron de mi cara
y mis manos fueron cercenadas y echadas a los perros.
La lluvia menguó el día doce
y tres de nosotros escapamos
disfrazados de predicadores,
elaborando juegos macabros y mortales.
En el último día de lluvia me encontré
en mi casa, cansado,
sin ojos, manos o deseos
de emprender otro viaje al norte.
Poeta Fernando Hernández Vélez. (Colombia)
Texto del poemario Vsitaciones, donado a La UrraKa
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