El arisco alazán baila en pasiones
irrefrenables. Sube bien la testa,
que orna de espuma. Grita su protesta.
Sacude con furor sus negaciones.
Patas tensadas sin vacilaciones.
Rezo salvaje que no halla respuesta.
Relincho solitario que contesta
al hombre que aparea pretensiones.
La rienda inteligente o el azote
hace bajar las crines y el cogote,
del caballo que acepta ser rendido.
Apretado se siente en el paseo
y manso al fin , admite su vareo,
mientras traga vergüenza dolorido.
LAURA BEATRIZ CHIESA. Argentina
4 comentarios:
Muy buen registro de todos los momentos de la doma. Me hiciste sentir en Argentina.
Laura: Este poema me provocò una seducciòn especial porque conozco de lo que se habla pero a la vez, llevè las imàgenes a otro plano, movida por el erotismo que me provocaron las palabras. Y eso es lo que siempre me parece magnìfico en la poesìa, que lo dicho por el poeta trascienda hacia donde el lector quiera. Felicitaciones!!
Liliana Chavez
Cierto grito, cierta denuncia en este gran poema Laura.
Un abrazo Gus.
Laura: qué buen soneto... un placer leerlo. Daniela de Capital.
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