
He aquí tu espalda, paisaje carnal,
país de blanduras, extensión
de mi vertigo.
Atajo sublime donde acaban
atavismos y fracturas.
He aquí tu espalda, rumbo irresistible,
como una joven paloma que se recuesta
sobre el idioma para sostener
las noches de la Tribu, para invocar
el “Alfa y Omega” de un mundo
que duerme en su cicatriz.
Adorable espalda, tibio solar de mi infancia,
te extiendes como blando fruto
de somnolencias, como un ángel inolvidable
que me obliga entre el asedio
y la ocupación.
Escritor y poeta Omar Alberto Santos Balán
(Colonia San Joaquin. Campeche, México)
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