He aquí mis manos inútiles sobre el piano
Manos que no se atreven a tocar las notas que encarna una memoria
No puedo ni quiero romper la partitura
Menos borrar la clave de Fa con la que escribimos nuestra historia
Contengo el aliento
Y tu foto ciega a la vida me habla de un firmamento
¡No reconozco las estrellas…No acepto la luna!
Me siento en la orilla alucinada con el eco de una caricia en los recuerdos
Es una sentencia injusta pretender despertar a los muertos así sea con amor
Y es que estos dedos, solo saben graficar las resonancias del alma
Divulgan en su inexplicable travesía la condena del instinto que sobrevive a la ceniza
Busco el rostro con el que encerré la existencia en un poema
Los acordes vibrantes que escribí en la arena
Ese su perpetuo desvarío capaz de alcanzar en un soplo la rosa
Se cubren de niebla en tiempo en que cantabas para mí
Por un instante estoy perdida
Dividida entre el llanto y la lluvia
Cuya humedad empapa mis cielos
He conseguido un rumor para engañar a la nostalgia
Y un secreto para no hundirme en las ciénagas de tu ausencia
Sigo las variaciones del teclado
Recorro los tonos, semitonos y sostenidos
Creando un camino hacia donde siempre supo ser nuestro destino
Viendo a los ojos de Dios
Poeta y escritora Maritza Luza Castilo (Perú)
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