El pintor dejó el pincel sobre una mesa y miró la tela. Su amigo apoyó el mate en la banqueta que tenía al costado y se acercó.
— ¿Qué le ves, qué no te gusta? —preguntó.
— No sé —dijo el pintor—. Me gusta, sí, pero hay algo, no sé —repitió. El otro lo miró, y miró el cuadro. El pintor continuó—: Es ese gris de la fuente.
El amigo miró el gris de la fuente.
— ¿Qué tiene?
—No es el gris que quiero. No puedo lograr el gris que imagino —respondió. Luego se tocó la frente con un dedo, con suavidad—: No es el gris que tengo acá.
— ¿Probaste con un toque de azul? ¿O blanco?
— Nunca logro ese gris que imagino. Nunca aparece en las mezclas que hago. Mientras tanto pinto y pinto y pinto, sin hallarlo.
— Ya llegará un día en el que vas a encontrar ese gris que tanto buscás.
El pintor hizo un silencio. Giró su cabeza y miró a su amigo de frente.
— No.
El otro se desconcertó.
— Ojalá que no —dijo al final—. El asunto es buscarlo, no encontrarlo.
Escritor y poeta Julio César Parissi (Uruguay)
1 comentario:
Que psicológico abordaje lleva cuento, claro porque si lo encuentra se le puede perder la llama de la pasíon de querer siempre ir en busca de nuevos horizontes, retos, quizás no encontrar nunca ese gris sea el secreto de sus contínuas victoras...
Beso
Agni
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