Tía Nany se ha cambiado de casa. La mudanza comenzó hace mucho tiempo, de a poquito. A veces pregunté por cosas que había dejado en un lugar y ella negaba haberlas visto. Yo sabía donde estaban, las tenía empacadas para su nuevo hogar. En su jardín se instalaron a vivir enanitos verdes, la cuidaban y eran muy simpáticos, según ella me contaba: nunca los vi. Se hizo amiga de los conductores de televisión charlaba con ellos, ¡los muy frescos le tiraban besos por la pantalla! Me daba rabia que me ignoraran, quizá para no malhumorarla, ella estaba nerviosa por la mudanza. ¡Claro!, si tenía que llevar el montón de maletas… y a los enanitos.
Pero, ahora definitivamente se fue, a su casa llegó a vivir otra persona sucia, descuidada y odiosa, a quien toda la familia visita. Antes sólo iba yo. Me pregunto para qué, ¡si ella no está! En su cuerpo habita una mujer desagradable; que lloriquea, chilla y golpea a quién se le acerca. ¡A mí me asusta!
Yo quiero saber dónde está tía Nany, ¿cómo podré conocer su nueva dirección?
Escritora Loreto Silva (chile)
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