INFATUACION.María Angélica Franco Frías.
Te presentí, recordando la voz de Juan Carlos Lozano en la canción de Moenia:"...Y sin tocarte puedo sentirte sobre mí, me inundan sensaciones, van más allá de mí." Estabas ahí, cambiado, con un aire más interesante de lo que ya eres por derecho propio.Tienes el precioso don de ser un enigma a medias, un acertijo con segmentos claros, otros de diversa interpretación y los más difíciles sin dilucidar.No me alteré al verte aproximándote hacia dónde también me dirigía. Caminé y tuve irremediablemente que pasar por tu lado como caballo cochero, la vista siempre al frente, ajena a lo que se fragua en el entorno.Perdiste la impasibilidad, volteaste la cabeza. Tu perfil habría encajado perfectamente en la curva de mi cuello sin tan sólo unos milímetros no nos separaran. Desde la cuna, tienes la prerrogativa de pasear tus ojos sobre todo lo q

ue te venga en gana. En cambio, se me condena a esquivar los rayos y centellas a riesgo de perder mi propia ubicación espacial.Jamás te he pedido una mirada, las mías, están llenas de austero recato y de poner en práctica la lección de hacerme la que no te estoy mirando, miope, una experta en el arte de disfrazar las emociones.No me cabe la menor duda: Tus ojos negros me siguen y se alejan.Desapareciste dejándome con el eco de ese inesperado ensayo de proximidad no planificada, haciendo ondas como una explosión a distancia.Desde que tengo memoria, me arrancas miradas cuando te encuentro. Tienes lo que se necesita para ser hermoso, pero sólo por ser tú.¿En dónde está escrita la prohibición de admirar a un hombre como sujeto de belleza? No sería más que uno de los innumerables caprichos que componen la absurda lista de restricciones elaboradas por la humanidad, para hacerla valer como comodín en busca de su beneficio particular.Sin que te des cuenta, te estaré mirando. Es un impulso de esos que no se pueden controlar para luego autoflagelarse, pasada la gratificación instantánea. Tentador...Las ironías presentes en la existencia nos llevan a preguntarnos: ¿Por qué al tener más cerca de lo imaginado lo que tanto se anhela, no lo vemos en el momento oportuno, o, al verlo no le prestamos atención?Lamento no haberte descubierto antes.
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