Derrumbarse no es un acto de un instante
o una pausa fundamental;

los procesos de deterioro
son decadencias organizadas.
Primero se forma en el alma una telaraña,
una película de polvo,
una avería en el eje,
una herrumbre elemental.
La ruina es ceremoniosa, un trabajo de mil demonios,
consecutivo y lento.
Ningún hombre se ha desplomado en un instante,
Resbalarse es una ley de la caída
EMILY DICKINSON (E.U.)
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