Yo elegí el Infierno,
me acuso,lo confieso.
Con esa rebeldía antipática
de intocable,con seguridad soberbia
de diosa, nunca, nunca
de mártir.
Y me asustó,
el horrible chasquido
de mis sueños,
de mis alas;
el ardor que dejaron
sus marcas
en el rostro,
en la espalda.
Sabía,
sabía no tan bien
que mi llanto avivaba las llamas
y lloré
amargamente
envuelta en los silencios
que se volvieron mis palabras.
Poeta Ángeles Martínez (Ecuador)
Del libro Trozos de Vidrio. CCE. Quito 2007
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